Síntomas no motores

mujer sosteniendo su cabeza mirando a un lado

La enfermedad de Parkinson se piensa generalmente como una enfermedad que sólo implica movimiento. Pero además de los síntomas motores, tales como lentitud del movimiento, temblor, rigidez y problemas de equilibrio, la mayoría de las personas desarrollan otros problemas de salud relacionados con el Parkinson. Estos síntomas son diversos y conocidos colectivamente como síntomas no motores.

Aunque los familiares y amigos pueden no ser capaces de ver estos síntomas, es importante darse cuenta de que los síntomas no motores son comunes y pueden ser más problemáticos e incapacitantes que los síntomas motores. Algunos síntomas, como la pérdida del olfato, el estreñimiento, la depresión y el trastorno de conducta del sueño REM (TCR) pueden ocurrir años antes del diagnóstico de la EP.

Es importante reconocer y abordar los síntomas no motores. Siempre mencione los síntomas a su equipo de atención médica, ya que la mayoría son tratables.

Salud mental

Dar prioridad a la salud mental es vital para el bienestar general, tanto para las personas que viven con Parkinson como para sus seres queridos y sus cuidadores. Los síntomas de la EP pueden afectar el estado de ánimo, la cognición, el sueño y mucho más, lo que puede afectar el bienestar emocional.

Obtenga más información sobre los síntomas de la enfermedad de Parkinson que afectan la salud mental:

Las personas con la EP pueden experimentar depresión, apatía y ansiedad con más frecuencia que las personas sin Parkinson. De hecho, aunque es común en la EP, la depresión a menudo es pasada por alto y subtratada. Es importante que esté consciente de estos síntomas para que puedan ser tratados eficazmente si los experimenta.

“No sólo hay síntomas no motores como la depresión, ansiedad y apatía que pueden ocurrir además de cambios en el sueño y cambios cognitivos, sino que también está tratando con un trastorno crónico y progresivo… todo se mezcla con el aspecto fisiológico y puede afectarle emocionalmente”.

-        Jessica Shurer, MSW, LCSW
University of North Carolina, Chapel Hill, un Centro de Excelencia de la Parkinson’s Foundation

Bienestar general

Vivir con Parkinson puede afectar el bienestar general. Los síntomas a menudo pueden ser frustrantes y estresantes. Adoptar estrategias de bienestar y minimizar el estrés pueden ayudarle a vivir mejor con la enfermedad de Parkinson. 

Obtenga más información acerca de los síntomas de la enfermedad de Parkinson que afectan su bienestar:

Tómese su tiempo para descubrir cómo la EP puede afectar su estado de ánimo y cómo le afecta físicamente. Esto puede ayudarle a comenzar a navegar sus sentimientos, tratar los síntomas y encontrar maneras de crear calma. Dormir bien, bastante ejercicio y los pasatiempos atractivos son esenciales para el bienestar emocional y físico.

El sueño

Más de un 75 por ciento de las personas con la EP reportan síntomas relacionados con el sueño. Este signo temprano de la EP puede ser increíblemente intrusivo a la calidad de vida.

Problemas del habla

El Parkinson puede causar dificultad para masticar, comer, hablar o tragar. Obtenga más información sobre el manejo de estos síntomas.

Fatiga

La sensación de cansancio profundo que no mejora con el reposo es un síntoma común de la enfermedad de Parkinson. Descubra cómo abordarlo.

Las sesiones de consejería —solo, con un ser querido, con la familia o en un grupo con otras personas con la EP— pueden aliviar el estrés y ofrecer apoyo.

Las conexiones fuertes también pueden hacer maravillas para su bienestar. Reúnase con familiares o amigos para cenar, sea voluntario o conéctese con un grupo de apoyo de Parkinson, como nuestro foro PD Conversations. Una red de apoyo le ofrece la oportunidad de compartir experiencias, emociones y desafíos y le da la oportunidad de aprender de los demás.

Cambios en el pensamiento

Hasta 30 por ciento de las personas con Parkinson reportan cambios en su memoria y en el pensamiento. Los cambios en el pensamiento pueden afectar la comprensión, el aprendizaje, la memoria y mucho más.

Descubra más acerca de los síntomas de la EP que afectan los cambios en el pensamiento:

Las mismas sustancias químicas del cerebro que regulan el estado de ánimo y el movimiento en la EP también influyen en el procesamiento mental. Medicamentos para la enfermedad de Parkinson como la levodopa pueden ayudar con los cambios en el pensamiento, pero otros medicamentos como los agonistas de la dopamina pueden causar confusión o somnolencia en personas con la EP mayores de 70 años.

Más de un 50% de los cuidadores o cónyuges de personas con la EP que asistieron a la Cumbre para Cuidadores de la Parkinson's Foundation en el 2020 dijeron que los cambios en el pensamiento eran un desafío significativo, independientemente de la etapa de Parkinson de sus seres queridos.

Tenga en cuenta que hay muchos otros factores que pueden afectar la cognición además de la EP. Estos pueden incluir la edad, el sueño u otros problemas de salud, la fatiga, hipotensión ortostática neurogénica (HOn) (una disminución persistente de la presión arterial que ocurre al pasar de estar sentado a parado o de estar acostado a sentarse o ponerse de pie) y más.

Es importante tratar cualquier cambio de cognición con su médico, quien puede ayudar a identificar causas, interacciones medicamentosas potenciales y ofrecer estrategias de manejo. Algunos cambios en el pensamiento pueden revertirse si identifica la causa. El ejercicio es una manera de manejar los cambios en el pensamiento. Puede retardar la progresión del Parkinson y mejorar el pensamiento y el desempeño de las tareas.

Cambios de estado de ánimo

Sumérjase en el Parkinson y en los cambios en el pensamiento con nuestro podcast 'El Parkinson es mucho más que un temblor: ansiedad, depresión y apatía’.

Problemas digestivos

Hasta un 80 por ciento de las personas con Parkinson pueden experimentar una amplia gama de problemas digestivos. Los síntomas como el estreñimiento pueden incluso aparecer antes de los síntomas motores indicadores del Parkinson. De hecho, algunos de los primeros signos de la EP se encuentran en el sistema nervioso entérico (a menudo llamado el cerebro en el intestino).

Obtenga más información acerca de los síntomas de la enfermedad de Parkinson que afectan los problemas digestivos:

Los cambios cerebrales relacionados con la EP, el envejecimiento normal y los medicamentos para el Parkinson pueden influir en la salud digestiva. Es importante llevar un registro de sus síntomas, cuándo iniciaron y si nota algún patrón. Esto puede ayudar a su médico a descartar posibles causas.

Lleve su registro de síntomas a cada cita con su médico, junto con una lista completa de sus actuales medicamentos y suplementos que ha obtenido con y sin receta. Su médico puede ayudarle a identificar estrategias para minimizar los problemas intestinales y puede sugerir hacer ejercicio de manera habitual, beber mucha agua y llevar una dieta rica en fibra.

Problemas sensoriales

El Parkinson puede causar problemas sensoriales que afectan cuatro de los cinco sentidos.

Obtenga más información acerca de los síntomas de la enfermedad de Parkinson que afectan los problemas sensoriales:

Olfato y gusto

Una disminución del sentido del olfato puede preceder a un diagnóstico de la EP. De hecho, la pérdida del olfato, llamada hiposmia, puede afectar a las personas con Parkinson años o incluso décadas antes de ser diagnosticadas con la enfermedad. Debido a que el sentido del gusto se ve realzado por la capacidad de oler, la hiposmia también puede conducir a un menor disfrute de los alimentos y a una disminución del apetito. 

Vista

La EP puede afectar el sistema visual de muchas maneras:

  • La visión doble puede ocurrir a menudo porque los músculos del ojo tienen problemas para trabajar juntos, especialmente para ver de cerca (llamado insuficiencia de convergencia).
  • El ojo seco debido a la disminución del parpadeo se asocia con la EP y puede causar vista borrosa.
  • La vista borrosa puede ser causada por medicamentos para la EP, especialmente anticolinérgicos (como trihexifenidilo/Artana® o benzotropina/Cogentina®).

Algunas personas con la EP pueden experimentar alteraciones visuales en forma de alucinaciones. Las alucinaciones son más comunes en el Parkinson avanzado.

Sonido

El Parkinson no afecta claramente la audición, aunque no es un área que se haya estudiado ampliamente. Sin embargo, debido a que la pérdida auditiva es común con el envejecimiento, es relevante para muchas personas con la EP.

La pérdida auditiva es un factor de riesgo para el desarrollo del deterioro cognitivo. Si los que le rodean le dicen que su audición parece disminuida, consulte a un audiólogo para que le realice una evaluación de la audición. Mejorar su audición con aparatos auditivos podría tener impactos positivos en su cognición y bienestar.

Tacto

La alteración de la sensación física es común en la EP. En lugar de verse disminuido del mismo modo que los otros sentidos, el sentido del tacto puede conllevar dolor. La neuropatía periférica se produce cuando los nervios, a menudo en pies y piernas, están dañados. Hay una tasa más alta de neuropatía periférica en las personas con la EP, aunque se necesita más investigación para entender por qué.

La neuropatía puede conducir a entumecimiento o puede resultar en sensibilidad y ardor, cosquilleo, dolor agudo o punzante. El tratamiento con levodopa (especialmente la formulación de gel intestinal) puede contribuir a reducir los niveles de vitamina B12, lo que puede contribuir a la neuropatía periférica.

El síndrome de piernas inquietas (SPI, o RLS por sus siglas en inglés) puede causar una sensación igualmente incómoda en las piernas en las noches, al acostarse o sentarse para descansar, acompañada de un impulso casi irresistible de moverse que alivia temporalmente el malestar. Los síntomas del SPI a menudo mejoran con los mismos medicamentos que ayudan con los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson. Los medicamentos anticonvulsivos como la gabapentina o la pregabalina pueden ser útiles tanto para la neuropatía periférica dolorosa como para el SPI.

Página revisada por el Dr. Kevin Duque, investigador clínico en Neurología, División de Trastornos del Movimiento, en la University of Cincinnati.

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