La palabra psicosis puede ser un término aterrador que mucha gente simplemente no entiende. Pero, ¿qué significa realmente? En la enfermedad de Parkinson (EP), lo que su médico llama psicosis suele comenzar con síntomas leves, pero que pueden tener un gran impacto en la calidad de vida. Los profesionales de la salud se refieren a estos síntomas como “psicosis en la enfermedad de Parkinson.” La psicosis puede variar desde confusión severa (trastorno del pensamiento) hasta ver cosas que no existen (alucinaciones) o creer cosas que no son ciertas (delusiones).
Es importante que informe a su equipo médico de cualquier alucinación o delusión, aunque no sean molestas.
¿Es frecuente la psicosis en la enfermedad de Parkinson (PEP)?
Entre un 20 y un 40% de las personas con la EP reportan experimentar alucinaciones o delusiones.
Cuando se monitorea a lo largo de los años de avance de la enfermedad, esta cifra aumenta. El aumento no significa que las alucinaciones sean persistentes en la mayoría de las personas con la EP. Sin embargo, es importante señalar que estas estadísticas a veces incluyen el "delirio", en el que los síntomas son temporales debido a añadir, ajustar o detener una medicación o a una infección que requiere tratamiento. Así mismo, estas estadísticas también pueden abarcar los "síntomas menores aislados" o "alucinaciones menores", incluidas las ilusiones, en las que en lugar de ver cosas que no están ahí (alucinaciones), las personas interpretan erróneamente cosas que realmente sí lo están.
Las ilusiones o “alucinaciones menores” son los tipos más comunes de psicosis en personas con la EP y diferentes estudios sitúan su incidencia entre un 25% y un 70% de las personas con Parkinson. Generalmente, si la persona con la EP sólo tiene estas alucinaciones leves, su médico puede no recetarle un medicamento antipsicótico, pero sí podría disminuir la dosis de ciertos medicamentos como los agonistas de la dopamina o descontinuar otros medicamentos que causen mayor riesgo que beneficio. Sin embargo, con el tiempo, pueden aparecer psicosis más significativas que requieran medicación. En un estudio, un 10% de las personas con alucinaciones leves vieron resueltos sus síntomas al cabo de unos años, mientras que para un 52%, los síntomas de psicosis permanecieron igual y para un 38%, empeoraron.
Recomendamos que las personas con Parkinson no utilicen un único porcentaje para representar la prevalencia de alucinaciones y de PEP. La EP es compleja y, a medida que avanza, cambian los porcentajes y el riesgo de los síntomas.
¿Qué son las alucinaciones?
Las alucinaciones se producen cuando alguien ve, oye o siente algo que en realidad no está ahí. La mejor forma de describirlas es como engaños o trucos del cerebro en los que intervienen los sentidos del cuerpo. Las alucinaciones no son sueños ni pesadillas. Ocurren cuando la persona está despierta y pueden presentarse a cualquier hora del día o de la noche.
Visuales: Las alucinaciones de las personas con la EP suelen ser visuales. Las alucinaciones más comunes incluyen ver animales o personas, como una criatura peluda corriendo o un ser querido fallecido sentado en la habitación.
Auditivas: Escuchar voces o sonidos que no son reales es menos frecuente, pero lo reporta un pequeño porcentaje de personas con la EP.
Olfativas: Percibir un olor que no está relacionado con una fuente real es raro en la EP.
Táctiles: Sentir algo imaginario, como insectos que le recorren la piel, es raro en la EP.
Gustativas: Sentir un sabor amargo o anormal en la boca que no tiene origen es poco frecuente en la EP.
Las alucinaciones suelen ser un efecto secundario de la medicación y no son necesariamente un signo de deterioro de las capacidades cognitivas. La mayoría de las alucinaciones que experimentan las personas con la EP son fugaces y no suponen una amenaza. Sin embargo, en algunos casos las alucinaciones pueden llegar a ser amenazadoras o molestas.
Aunque las alucinaciones pueden afectar a cualquier persona que tome medicación para controlar los síntomas de la EP, son más frecuentes en personas que tienen problemas con el pensamiento o la memoria, o que están bajo estrés mental o por una enfermedad.
Es más probable que las alucinaciones visuales se produzcan en situaciones de poca luz o baja visibilidad. Para reducir el riesgo, aumente la iluminación en zonas especialmente oscuras, como los pasillos.
Las alucinaciones pueden producirse en la visión periférica (por el rabillo del ojo), en forma de destellos de luz, personas o animales pequeños como gatos o perros. Las imágenes suelen desaparecer cuando la persona mira más de cerca.
A veces, las personas con la EP tienen alucinaciones de presencia; es decir, la sensación de que alguien está en la habitación con ellos o de pie a sus espaldas.
Algunas personas son conscientes de que se están produciendo alucinaciones. Esto se llama "retener el juicio de la realidad". Conservando el juicio, es posible que cree mecanismos de afrontamiento. Sin embargo, a algunas personas les parecen increíblemente reales o pueden perder el juicio de la realidad a medida que avanza la enfermedad.
Es importante que las personas con la EP hablen acerca de las alucinaciones con su familia y su equipo de atención. Las alucinaciones son manejables y pueden ser problemáticas si no se tratan. Comente con su médico todos los posibles síntomas, por pequeños, raros o extraños que le parezcan.
Una buena iluminación y actividades estimulantes por la noche pueden ayudar a mantener a raya las alucinaciones.
Mientras se produce una alucinación, los aliados en el cuidado pueden ayudar a su ser querido asegurándole que estará a salvo y validando la experiencia de su compañero. Por ejemplo, diga: "Sacaré al gato de acá", en lugar de argumentar que no hay gato.
¿Qué son las ilusiones?
Las ilusiones son otra percepción sensorial errónea. En lugar de ver algo que no está ahí, las personas con ilusiones malinterpretan cosas reales del entorno. Por ejemplo, la ropa del armario puede parecer un grupo de personas.
Al igual que las alucinaciones visuales, las ilusiones tienden a producirse en situaciones de poca luz o baja visibilidad.
¿Qué son las delusiones?
Las delusiones son perspectivas ilógicas, irracionales, disfuncionales o pensamientos persistentes que no se basan en la realidad. No son intencionales y son muy reales para la persona con la EP. Las personas con delusiones que se sienten amenazadas pueden volverse conflictivas, agresivas, agitadas o imprudentes.
Algunos ejemplos de delusiones y su impacto en la EP incluyen:
Creencia: Está bajo ataque, lo acosan, engañan o conspiran contra usted.
Comportamiento: Paranoia, desconfianza, agitación, agresividad, desafiante, retraimiento social
Somática
Creencia: Su cuerpo funciona de forma anormal. Desarrolla una obsesión inusual con su cuerpo o su salud.
Comportamiento: Ansiedad, agitación, reporta síntomas anormales o inusuales, preocupación extrema con los síntomas, visitas frecuentes al médico
Las delusiones son menos frecuentes en la EP que las alucinaciones visuales. Afectan aproximadamente a un 8% de las personas con la EP.
En comparación con las alucinaciones, las delusiones tienden a ser más complicadas, presentan un mayor riesgo de alteraciones del comportamiento y problemas de seguridad, suelen ser más difíciles de tratar y representan un deterioro o declive más evidente del estado de la persona.
Las delusiones pueden comenzar como una confusión general por la noche. Con el tiempo, la confusión puede convertirse en delusiones claras y alteraciones del comportamiento durante el día.
La paranoia puede llevar a no cumplir con la medicación; es decir, a que la persona se niegue a tomar los medicamentos por creer que son venenosos o mortales.
Las delusiones pueden estar asociadas a la demencia. Como resultado, las personas con delusiones suelen estar desorientadas y son extremadamente difíciles de controlar. En estos casos, muchos aliados en el cuidado necesitan ayuda externa.
Todas las formas de delusiones pueden encontrarse con la EP, aunque las delusiones de celos y persecución (como la paranoia) son las más frecuentes y representan un mayor desafío para su tratamiento. Estas delusiones pueden llevar a la agresión, lo que puede suponer un grave riesgo para la seguridad de la persona con la EP, sus familiares y sus aliados en el cuidado.
¿Qué causa las alucinaciones y delusiones?
La medicación, la demencia y el delirio son los tres principales factores que contribuyen al desarrollo de psicosis en la enfermedad de Parkinson. Determinar la causa puede ser difícil porque estas afecciones pueden traslaparse y producir síntomas similares. Una vez determinada la causa probable, puede iniciarse el tratamiento.
Muchos medicamentos para la EP pueden provocar síntomas de psicosis:
Los medicamentos para la EP clásicos como la carbidopa-levodopa (Sinemet) y los agonistas de la dopamina están diseñados para aumentar los niveles de dopamina y mejorar los síntomas motores. Sin embargo, al aumentar el suministro de dopamina, estos medicamentos pueden provocar involuntariamente graves cambios emocionales y de comportamiento.
Otros medicamentos utilizados para tratar la EP también pueden causar estos síntomas al reducir los niveles de acetilcolina, modificando su equilibrio con la dopamina. Estos medicamentos incluyen la amantadina y los anticolinérgicos (Artane y Cogentin). Además de los medicamentos de venta controlada, los anticolinérgicos suelen ser el ingrediente principal de los somníferos de venta libre y de muchos medicamentos para la alergia.
Demencia es un término utilizado para describir un grupo de síntomas asociados a un deterioro de la memoria y el pensamiento. Suele asociarse a la enfermedad de Alzheimer, pero las personas con la EP también pueden desarrollarla.
Las alucinaciones y delusiones pueden ser el resultado de los cambios químicos y físicos básicos que se producen en el cerebro, independientemente de otros factores como los medicamentos para la EP. Esto se observa con mayor frecuencia en los casos de la EP con demencia.
Si la psicosis y la demencia aparecen al principio del proceso de la enfermedad, los médicos pueden considerar el diagnóstico de demencia por cuerpos de Lewy (DCL).
El delirio es un cambio reversible y transitorio en el nivel de atención y concentración de una persona.
El delirio suele desarrollarse en un breve periodo (de horas a días) y se resuelve tras el tratamiento de la condición subyacente.
Los signos de delirio incluyen alteración de la conciencia o la percepción, pensamiento desorganizado, comportamiento inusual y alucinaciones.
Debido a que hay tantos síntomas, el delirio puede confundirse con otras afecciones, como la demencia o la psicosis inducida por fármacos.
Para diagnosticar el delirio, el nivel de concentración o atención de una persona debe experimentar un cambio.
Las personas con Parkinson que ingresan al hospital tienen un mayor riesgo de delirio, que puede no deberse a la EP, sino al nuevo entorno para el procedimiento o la cirugía.
Las causas más comunes del delirio son:
Infección, como infección urinaria o neumonía
Desequilibrio de sodio, potasio, calcio u otros electrolitos
Embolia
Cardiopatías
Enfermedad hepática
Fiebre
Deficiencia de vitamina B12
Trauma en la cabeza
Cambios sensoriales, como pérdida de audición y cambios en la visión
Además de las afecciones y los cambios médicos, muchos fármacos y sustancias químicas de uso común también pueden causar delirios:
Medicamentos anticolinérgicos: clorhidrato de difenhidramina (Benadryl®), trihexifenidilo (Artane®), benzatropina (Cogentin®), ranitidina (Zantac®) y oxibutinina (Ditropan®)
Narcóticos que contienen codeína o morfina
Antibióticos
Antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como Aleve®,Motrin® y Advil®
Insulina
Sedantes
Esteroides
Medicamentos anticonvulsivos
Alcohol
Drogas recreativas
Recuerde que un médico evalúa el beneficio y la posibilidad de riesgo de cualquiera de estos medicamentos para recetarlo. Pregunte a su médico antes de descontinuar cualquier medicamento.
Factores de riesgo de la psicosis
No todas las personas con Parkinson desarrollarán alucinaciones o delusiones, pero hay varios factores que pueden aumentar su riesgo:
Demencia o problemas de memoria
Depresión: Las personas que tienen depresión y la EP corren un riesgo mayor. Además, la depresión severa por sí sola puede causar psicosis.
Trastornos del sueño, como sueños vívidos. Es frecuente que las personas reporten sueños vívidos antes de la aparición de la psicosis. Otros trastornos del sueño relacionados son el trastorno del sueño en movimientos oculares rápidos (o REM, por sus siglas en inglés) y el insomnio en general.
Visión deficiente
Edad avanzada
EP avanzada o en fase tardía
Uso de medicamentos para la EP
Tratamiento de la psicosis
El tratamiento de la psicosis de la enfermedad de Parkinson es un proceso de varios pasos que empieza por hablar con el equipo médico. Su equipo seguirá una serie de pasos para determinar la mejor manera de tratar sus síntomas.
Paso 1. El primer paso es realizar una evaluación clínica de sus síntomas teniendo en cuenta los antecedentes, el estadio de su enfermedad y los sistemas de apoyo disponibles. Esta evaluación ayudará a determinar si algo va mal desde el punto de vista médico y necesita tratamiento de inmediato, o si puede mantenerse alerta y esperar.
Paso 2. El tratamiento, cuando es necesario, suele comenzar con ajustar la medicación para la EP y consejería o apoyo neuropsicológico. Si no tiene ningún problema médico, su médico puede reducir o eliminar medicamentos, a menudo en un orden específico, para disminuir los síntomas de la psicosis. Se trata de un acto de equilibrio, ya que la dopamina, que se utiliza para estabilizar sus síntomas motores, también puede, en niveles elevados, aumentar los efectos secundarios psicológicos.
Paso 3. Si es necesaria una intervención adicional, su médico puede iniciar una terapia antipsicótica, utilizando fármacos para reequilibrar los niveles químicos en el cerebro y reducir los episodios de alucinaciones, ilusiones y delusiones.
Medicamentos utilizados para tratar la psicosis
La pimavanserina (Nuplazid®) fue aprobada por la U.S. Food and Drug Administration (FDA) en 2016 específicamente para el tratamiento de la psicosis en la enfermedad de Parkinson.
A diferencia de otros antipsicóticos, no bloquea la dopamina. Es un agonista inverso selectivo de los receptores de la serotonina.
Se ha estudiado la clozapina (Clozaril®) y se ha demostrado su eficacia para mejorar las alucinaciones y delusiones en la EP. Sin embargo, debido a un efecto secundario poco frecuente, aunque grave, conocido como agranulocitosis, —una reducción de los glóbulos blancos que interfiere en la capacidad del organismo para combatir las infecciones—, se tiende a utilizar este medicamento sólo si la quetiapina no es tolerada o eficaz.
Cualquiera que tome clozapina debe someterse a análisis de sangre semanales durante los primeros seis meses y cada dos semanas posteriormente, para monitorear la concentración de glóbulos blancos.
La quetiapina (Seroquel®) tiene menos efectos secundarios, pero las pruebas de su eficacia en personas con Parkinson son limitadas.
Por lo general, se receta para tomarla justo antes de acostarse porque puede ser ligeramente sedante.
Muchos medicamentos antipsicóticos pueden empeorar los síntomas motores y no deben recetarse a personas con la EP. Algunos de estos medicamentos, como el haloperidol (Haldol), se recetan habitualmente en el ámbito hospitalario para personas alteradas o ansiosas.
Los médicos tratantes deben tener presente que ciertos medicamentos antipsicóticos pueden empeorar el estado de la persona con la EP.
Cómo hablar con alguien con alucinaciones o delusiones
Por lo general, no resulta útil discutir. Evite intentar razonar. Mantenga la calma y transmita confianza.
Puede decir que no ve lo que su ser querido está viendo, pero a algunas personas les resulta más tranquilizante reconocer lo que la persona está viendo para reducir el estrés. Por ejemplo, si la persona ve un gato en la habitación, puede ser mejor decir: "Voy a sacar al gato", en lugar de discutir que no hay gato.
Esta página es una traducción de la páginaHallucinations/Delusions de la Parkinson's Foundation, revisado en su versión en inglés por la Dra. Kathryn P Moore, neuróloga especialista en trastornos del movimiento en Duke Health, un Centro de Excelencia de la Parkinson's Foundation y revisado en su versión en español por el Dr. Kevin Duque, investigador clínico en neurología, División de Trastornos del Movimiento, en la University of Cincinnati.
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