El sueño y el Parkinson: calidad de vida no motora
El sueño reparador es vital para una óptima salud física, mental y emocional. Los trastornos del sueño son uno de los síntomas no motores más incapacitantes de la enfermedad de Parkinson (EP) y afectan a más de un 75 por ciento de las personas con la EP.
Un estudio recientemente publicado en el Journal of Parkinson's disease, "Slow Wave Sleep and EEG Delta Spectral Power are Associated with Cognitive Function in Parkinson's Disease (Sueño de ondas lentas y potencia espectral delta del EEG asociados con la función cognitiva en la enfermedad de Parkinson)” (Wood et al., 2021), investigó la relación entre el sueño y la cognición.
Hay cuatro etapas del sueño: una para el movimiento ocular rápido (MOR, o REM por sus siglas en inglés) y otras tres para el sueño sin MOR o no MOR (NREM, por sus siglas en inglés). La tercera etapa, o sueño de ondas lentas (SOL, o SWS por sus siglas en inglés), es una de las tres etapas del sueño sin MOR y se considera la más profunda y reparadora de las cuatro etapas del sueño. Durante el SOL, el cerebro produce ondas lentas y profundas, llamadas ondas delta y pueden medirse mediante un electroencefalograma (EEG) en una consulta médica durante un estudio del sueño.
Los problemas cognitivos afectan a cerca de un 30% de las personas con la EP. Estos síntomas pueden afectar negativamente todo, desde el pensamiento y la memoria hasta la resolución de problemas. Las personas con la EP pueden experimentar:
- Deterioro cognitivo leve: sensación de distracción o desorganización, junto con dificultad para planificar y realizar tareas.
- Deterioro cognitivo significativo: incapacidad para realizar tareas comunes como preparar café, comprender frases complejas y problemas para distinguir caras desconocidas. A menudo se asocia con la angustia del cuidador, un peor funcionamiento cotidiano, una menor calidad de vida, menores resultados del tratamiento, mayores costos médicos y una mayor mortalidad.
En este estudio observacional, se inscribieron 32 personas con la EP; 16 tenían niveles altos de sueño profundo (más de 15.8% en SOL) y 16 tenían niveles bajos (menos de 15.8% en SOL). No hubo diferencias significativas entre los grupos en cuanto a la edad, la duración de la enfermedad, el estadio o los medicamentos que se sabe que afectan al sueño, aunque hubo más mujeres que hombres con niveles altos de sueño profundo. Todos fueron evaluados con polisomnografía (un tipo de estudio del sueño que monitorea las etapas y los ciclos del sueño para identificar si se alteran los patrones de sueño o cuándo lo hacen). El sueño se midió en todos los participantes con un actiógrafo (un dispositivo portátil similar a un reloj de pulso que registra el tiempo total de sueño, el tiempo que tarda en dormirse completamente, la vigilia tras el inicio del sueño, interrupciones del sueño durante la noche y la calidad del sueño).
Para obtener una Puntuación Cognitiva Compuesta (CCS, por sus siglas en inglés) —la medida utilizada en este estudio— los investigadores analizaron una amplia gama de pruebas neurocognitivas, como dominio de la atención/memoria funcional (Attention/Working Memory Domain) (secuenciación de letras y números), el test de aprendizaje verbal de Hopkins (Hopkins Verbal Learning Test) (recuerdo total inmediato y recuerdo demorado), la prueba de memoria espacial (Spatial Recall Test) (inmediata y demorada), la velocidad de procesamiento y el lenguaje (Processing Speed and Language). También se utilizaron pruebas adicionales para medir la función intelectual estimada y la función cognitiva general.
Resultados
Los participantes con altos niveles de sueño de ondas lentas obtuvieron mejores resultados en las siguientes áreas:
- Cognición global: la principal medida de la función cognitiva general
- Función ejecutiva: funciones cerebrales que incluyen la atención o la concentración, necesarias para realizar varias tareas simultáneas y resolver problemas
- Lenguaje: analiza el deterioro de la cognición mediante una prueba neuropsicológica en la que se pide a los participantes que nombren el mayor número posible de elementos similares (como animales) en un minuto
- Velocidad de procesamiento: ayuda a mostrar cómo el cerebro procesa la información. Se pide a los participantes que nombren un color que está escrito con otro color
¿Qué significan estos resultados?
La disfunción del sueño es común en las personas con la EP. Aunque es bien sabido que un sueño deficiente empeora los síntomas motores, este estudio demuestra una relación significativa entre el sueño de ondas lentas (SOL o SWS, por sus siglas en inglés) y la función cognitiva: aquellos con un SOL más alto mostraron una mejor cognición que aquellos con un SOL más bajo. Estos resultados tienen implicaciones de gran alcance para la calidad de vida.
Como sugieren los autores del estudio: el porcentaje de SOL es un factor protector potencialmente modificable. Por ejemplo, hay medicamentos recetados (como el oxibato de sodio) que aumentan el SOL en el Parkinson, así como intervenciones no farmacológicas, como el ejercicio, que han demostrado aumentar el SOL en ambas poblaciones sin la EP. Por lo tanto, es imperativo que los problemas de calidad del sueño en la población con la EP reciban más atención, incluyendo, entre otros, una exploración más robusta de posibles intervenciones y una mejora en la difusión de la información actualmente conocida acerca de la mejora del sueño.
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