Consejos de expertos para dormir bien con Parkinson
Dormir recarga nuestro cerebro y nuestro cuerpo, al tiempo que potencia el bienestar mental. Las personas que viven con la enfermedad de Parkinson (EP) necesitan aún más tiempo para restablecerse y recuperarse. Descubra cómo los síntomas del Parkinson, los medicamentos u otros problemas de salud pueden afectar su sueño y qué puede hacer para maximizarlo.
Este artículo se basa en Problemas de zzz: Desafíos del sueño con Parkinson, un webinar de Charlas con Expertos - Expert Briefings de la Parkinson’s Foundation, presentado por el Dr. Aleksandar Videnovic, quien tiene una maestría en investigación clínica y es profesor adjunto de neurología en la Harvard Medical School, así como director de la División de Medicina del Sueño y del Programa sobre Sueño, Biología Circadiana y Neurodegeneración en el Massachusetts General Hospital.
El envejecimiento, la EP y los problemas de sueño
A medida que la gente envejece, puede resultar más difícil conciliar el sueño y los despertares nocturnos pueden ser más frecuentes. La EP puede alterar aún más el sueño restaurador. Hasta un 80-90% de las personas con Parkinson pueden experimentar un problema de sueño durante el curso de la enfermedad.
Los cambios cerebrales relacionados con la EP alteran el sistema circadiano, a veces llamado el reloj interno del cuerpo. La EP también impacta el impulso del sueño: la creciente sensación de necesidad de dormir a medida que el día se vuelve noche. Otros elementos de la EP que pueden alterar el sueño son:
- Síntomas de Parkinson, como el temblor o relacionado con la EP el dolor, pueden aparecer de la noche a la mañana conforme desaparece el efecto de los medicamentos. Otros síntomas son la acinesia (dificultad o incapacidad para moverse), la rigidez, las discinesias (movimientos erráticos e involuntarios) y más.
- Medicamentos utilizados para tratar la EP pueden interferir con el sueño. Otros pueden dificultar el mantenerse alerta durante el día.
- La depresión y la ansiedad son síntomas muy comunes de la EP. Estos y otros síntomas, como las alucinaciones, pueden mantener a la persona despierta por la noche.
- Los cambios en el sistema autónomo, la red del organismo encargada de regular funciones como la respiración y la presión arterial, repercuten en el sueño. La nicturia (micción nocturna excesiva) puede ser frecuente en la EP.
Los trastornos del sueño pueden ser agotadores para una persona con Parkinson, así como para su compañero de cama. Estos pueden incluir:
- La apnea obstructiva del sueño y otros trastornos respiratorios del sueño, que pueden obstruir repetidamente las vías respiratorias durante el sueño, lo que provoca tos, ahogo y despertares frecuentes. Las personas con trastornos respiratorios del sueño experimentan microdespertares, despertando hasta 60 veces por hora, sin notarlo. La apnea del sueño afecta hasta un 10% de la población y afecta con la misma frecuencia a las personas sin Parkinson y a las que tienen la EP.
- La somnolencia diurna excesiva (SDE) puede dificultar permanecer despierto durante las horas de luz o provocar un sueño diurno repentino. Los cambios y síntomas cerebrales de la EP, los regímenes de medicación, los trastornos del sueño coexistentes y los cambios físicos relacionados con la edad pueden causar SDE. Hasta un 16% o más de las personas con la EP pueden experimentar una disminución de la agudeza mental durante el día. Algunos pueden no darse cuenta de cómo les afecta la SDE. Un compañero de confianza puede ofrecer una opinión sincera. A veces, los ataques de sueño pueden aparecer sin previo aviso, afectando significativamente la capacidad de la persona para conducir con seguridad.
- Síndrome de piernas inquietas (SPI), una sensación de incomodidad en las piernas o los pies y una necesidad irresistible de moverse, pueden afectar a algunas personas incluso antes del diagnóstico de la EP. Sin embargo, no todas las personas con Parkinson experimentan el SPI, ni la mayoría de las personas que experimentan el SPI desarrollan la EP.
- Trastorno de conducta del sueño REM (movimientos oculares rápidos (MOR): Las personas sueñan y experimentan relajación muscular durante la fase REM del sueño. Este trastorno puede afectar hasta a la mitad de las personas con Parkinson, impactando la relajación muscular y haciendo que las personas actúen sus sueños, hablando, gritando o moviéndose de un lado a otro.
Al igual que el síndrome de piernas inquietas, el trastorno de conducta del sueño REM puede comenzar mucho antes del diagnóstico de Parkinson. Aunque no todas las personas que viven con este trastorno desarrollarán Parkinson, su riesgo de desarrollar la EP o la demencia con cuerpos de Lewy, que se diagnostica cuando el deterioro cognitivo se produce antes o junto con los síntomas motores, es significativamente mayor. Esto es importante para la investigación de la EP.
A medida que evolucionan las terapias potenciales para ralentizar la progresión de la EP, puede haber una ventana de oportunidad para la intervención preventiva en personas que experimentan el trastorno de conducta del sueño REM pero que aún no han desarrollado una enfermedad neurodegenerativa.
Estrategias de control del sueño fragmentado
Hable con su médico acerca de sus problemas de sueño, fatiga o somnolencia diurna. Su médico puede hacerle preguntas acerca de su historial de sueño. Una revisión a conciencia de cada uno de sus medicamentos ayudará a su médico a determinar si un simple ajuste o adición de alguno podría mejorar su sueño:
- A veces se receta levodopa de acción prolongada o levodopa adicional para su uso antes de acostarse.
- La catecol-O-metil transferasa (COMT) es una enzima del organismo. Puede impactar la eficacia de la levodopa. Los inhibidores de la COMT prolongan los beneficios de la levodopa. Se utilizan principalmente para cuando desaparece anticipadamente el efecto (cambios en la capacidad para moverse entre una dosis y otra de levodopa), pero a veces también se recetan junto con la levodopa para su uso por la noche.
- A las personas que toman diuréticos se les puede indicar que los tomen en un horario más temprano. Del mismo modo, limitar el uso de los medicamentos para la EP selegilina y amantadina a últimas horas del día podría mejorar el insomnio.
- Los medicamentos anticolinérgicos a veces se utilizan para la nicturia; sin embargo, la ralentización cognitiva puede ser un efecto secundario. También pueden causar confusión y alucinaciones y no se recomiendan en adultos mayores.
- La cafeína y algunos medicamentos estimulantes pueden favorecer la agudeza mental durante el día.
Bienestar mental: Hable con su médico acerca de los síntomas de depresión u otros desafíos emocionales. La EP afecta zonas del cerebro que regulan el estado de ánimo, el sueño, el nivel de energía y otros aspectos. Cuidar de la salud mental también ayuda a dormir mejor.
Trastornos del sueño: Si su médico sospecha un trastorno del sueño, como respiración obstruida, piernas inquietas o trastorno de conducta del sueño REM, es posible que lo manden a realizarse un estudio del sueño en una clínica del sueño.
- El tratamiento de la apnea del sueño puede requerir un aparato dental o una máquina de presión positiva continua de las vías respiratorias (CPAP, por sus siglas en inglés) que se coloca al dormir o hacer la siesta.
- Los agonistas de la dopamina (medicamentos que activan zonas del cerebro estimuladas por la dopamina), las benzodiacepinas, los opiáceos y una clase de medicamentos conocidos como ligandos alfa-2 delta de canales de calcio, como la gabapentina, se utilizan a veces para el síndrome de piernas inquietas. En el SPI, deben evitarse los bloqueadores de la dopamina, los anticolinérgicos y los antihistamínicos.
- Su médico puede recomendarle melatonina o el medicamento clonazepam para el SPI. Si bien los antidepresivos pueden ayudar con algunos aspectos del insomnio, algunos pueden desenmascarar o empeorar el SPI.
Consejos para dormir mejor
Una rutina de sueño saludable, a veces llamada higiene del sueño, es otro componente clave para un buen descanso nocturno. Pruebe estos pequeños cambios que pueden marcar una gran diferencia:
- Haga ejercicio regularmente (mejor a primera hora del día) para mejorar la calidad del sueño y el funcionamiento general.
- Limite las siestas: una breve cabezada al principio del día, de 30 minutos o menos, tiene menos probabilidades de interferir con el sueño nocturno.
- Evite los estimulantes, como la cafeína, a últimas horas del día.
- Reduzca al mínimo el tiempo de pantalla antes de acostarse. Evite por completo las pantallas, incluyendo la televisión y los dispositivos móviles, en el dormitorio.
- Acuéstese y levántese a la misma hora, entre semana y los fines de semana.
- Apague las luces: la luz regula el reloj corporal, indicando que es hora de despertar.
- Utilice luces nocturnas con detector de movimiento que lo guíen con seguridad hasta el baño.
- Duerma en una cama más amplia y más baja. Esto puede minimizar las lesiones y atenuar el impacto en caso de una caída accidental.
- Considere la posibilidad de colocar una barandilla a la cama para evitar caídas; un cómodo junto a la cama también puede ser útil para las personas que tienen dificultades para llegar al baño por la noche.
- Utilice sábanas o pijamas de satén o seda para que sea más fácil darse la vuelta en la cama.
Una hidratación adecuada puede mejorar los síntomas de la EP, aumentando la presión arterial baja y aliviando el estreñimiento. Sin embargo, beber líquidos demasiado cerca de la hora de acostarse puede provocar micciones nocturnas frecuentes. Reduzca al mínimo las bebidas unas horas antes de acostarse.
La investigación
Recibir luz en los ojos es uno de los principales factores ambientales que regulan el sistema circadiano. El horario de las comidas, el ejercicio, las siestas y el descanso también influye en nuestro reloj corporal. A su vez, este temporizador regula nuestro estado de ánimo, comportamiento, respuesta inmunitaria y mucho más. Los investigadores están explorando formas de mejorar la función del sistema circadiano en la EP.
La fototerapia resulta muy prometedora como tratamiento no invasivo, ampliamente disponible y no farmacológico para aliviar los síntomas no motores de la EP, como la fatiga, los problemas de sueño y los cambios de humor.
En un estudio de la revista JAMA Neurology de 2017, Videnovic et al. descubrieron que la exposición a la luz brillante (10,000 lux) o a la luz roja tenue (menos de 300 lux), dos veces al día en sesiones de una hora durante dos semanas, mejoraba la agudeza mental diurna y la calidad del sueño.
Esos hallazgos se trasladaron al recién completado Ensayo ENLITE PD realizado en 25 centros del país. El estudio analiza el efecto de la fototerapia diaria sobre los síntomas de la EP, incluyendo el sueño. Al momento de redactar esta Charla con expertos-Expert Briefing, los autores del estudio estaban preparando la presentación de sus resultados para su publicación, con el objetivo de llevar a cabo un ensayo clínico de fase III.
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