Redefiniendo la intimidad en la enfermedad de Parkinson
Las investigaciones demuestran que el tacto favorece el bienestar físico y mental: puede reducir el ritmo cardíaco, disminuir la depresión y la ansiedad, reforzar el sistema inmunitario y aliviar el dolor. Para las parejas, el tacto comunica afecto y aceptación, lo que desempeña un papel importante a la hora de favorecer la intimidad.
Cuando la gente habla de intimidad en las relaciones, suele centrarse en el sexo; sin embargo, hay muchos tipos de intimidad, como la emocional, la intelectual, la espiritual y la física. A menudo están interconectados y se fomentan unos a otros. La intimidad física —tanto el contacto sexual como el no sexual— ayuda a fomentar la conexión y el bienestar general.
Como todo en una relación, la intimidad física evoluciona a medida que las personas cambian y surgen nuevos desafíos. Con la enfermedad de Parkinson (EP), cambio de roles en las relaciones, los problemas de autoestima, el estrés, los efectos secundarios de la medicación y los síntomas de la EP —incluyendo problemas de movimiento, los cambios de estado de ánimo, los problemas urinarios y la fatiga—, pueden influir en la salud sexual y la intimidad física. Los cuidadores también experimentan estrés, depresión, fatiga y otros problemas de salud a lo largo del tiempo, que pueden afectar la conexión física.
Nuestra nueva Serie de Bienestar Mental está dedicada a las conversaciones sobre salud mental. Este artículo complementa nuestra mesa redonda virtual, Redefiniendo la intimidad en la enfermedad de Parkinson y más allá en la que participa la terapeuta sexual certificada Gila Bronner, Máster en salud pública (MPH). Los siguientes consejos pueden ayudarle a encontrar nuevas formas de construir la intimidad con su pareja mientras navegan los desafíos relacionados con la EP:
1. Establezca una conexión con su pareja
Las presiones de la vida y el estrés cotidiano de vivir con una enfermedad crónica como la EP pueden hacer que las parejas se distancien. Busquen formas de mantenerse conectados y seguir creciendo juntos. Compartan sus pensamientos y sentimientos. Pasen tiempo de calidad juntos. Den un paseo, queden para tomar un café, léanse en voz alta el uno al otro, vean una película divertida o tomen clases de baile; cualquier cosa que los una como amigos y reduzca el estrés.
Hablar de sexo o de intimidad física puede resultar incómodo y frustrante. Muchas parejas necesitan ayuda en estas conversaciones. No teman buscar terapia o unirse a un grupo de apoyo, juntos o por separado. Llame a la Línea de Ayuda de la Parkinson's Foundation al 1-800-4PD-INFO (1-800-473-4636), opción 3 para español, para encontrar un consejero o un grupo de apoyo.
2. Disfrute del momento
Incluso un solo minuto de contacto físico puede aumentar las hormonas de la "felicidad", como la oxitocina y la serotonina y reducir el cortisol y la noradrenalina y otras hormonas del "estrés" que pueden provocar ansiedad e inquietud. Tener expectativas de que el contacto físico conducirá a un resultado concreto puede eliminar el placer de la experiencia, generar ansiedad o incluso provocar temor.
En lugar de planificar un resultado concreto, busque la conexión y el placer. Ponga algunas canciones, tómese su tiempo para intercambiar suaves caricias con su pareja, como acariciarse la cara, los brazos o los hombros y disfrute de la experiencia, sin exigencias ni expectativas.
3. Amplíe sus horizontes
A menudo se ha dicho que la comparación es el ladrón de la alegría. Definir la intimidad física en función de lo que significa para los demás, de lo que nos han dicho que debería significar para nosotros o de lo que ha significado para nosotros en el pasado puede mermar nuestras propias experiencias.
Si usted y su pareja experimentan un deseo sexual desigual, hablen de ello. ¿Se debe al estrés, la fatiga, las hormonas, la EP u otro problema de salud? El deseo y las actividades sexuales cambian con los años por diversas razones.
Mantenerse conectado a través del tacto es vital para una relación sana y afectuosa. Intenten encontrarse uno con otro en el punto en que se encuentran. Por supuesto, si ambos están de acuerdo, la actividad sexual no tiene por qué detenerse sólo porque ya no pueda ser como antes. Puede que necesiten adaptar sus técnicas, explorar modificaciones o incluso planificar esos momentos que van más allá del tacto sensual.
4. Hable de la intimidad con su equipo de atención médica
Muchos síntomas de la EP afectan la salud sexual en hombres y mujeres, así como la capacidad para tocar, estar cerca, comunicarse o incluso concentrarse. Algunos de estos problemas pueden tratarse, pero puede ser difícil saber a quién pedir consejo.
Para las personas con Parkinson y sus cuidadores, hablar con un profesional médico con el que se sientan cómodos suele ser el primer paso, sugiere Gila Bronner. Su neurólogo, médico de atención primaria u otro profesional sanitario puede ofrecerle asesoría, tratamiento o remitirle al especialista adecuado, como un urólogo, terapeuta sexual o consejero.
5. Tenga cuidado con los efectos secundarios de los medicamentos
Los medicamentos agonistas de la dopamina, utilizados a veces para tratar los síntomas de la EP, pueden provocar problemas de control de impulsos y de hipersexualidad. Las personas que experimentan estos problemas corren el riesgo de ponerse a sí mismas o a otros en situaciones inseguras o insalubres. Si nota estos efectos secundarios, comuníqueselo inmediatamente al neurólogo, ya que puede ser necesario reducir o suspender estos medicamentos.
Otros medicamentos, como los que se toman para la hipertensión o los antidepresivos, también pueden afectar la función sexual. Comente cualquier preocupación sobre los efectos secundarios de la medicación o su salud sexual con su médico, quien puede recomendarle ajustes de la medicación o terapias adecuadas.
Recursos útiles
La Parkinson’s Foundation está a su disposición. Explore más de nuestros recursos sobre el bienestar mental: