Caminar con Parkinson: bloqueo, equilibrio y caídas
La enfermedad de Parkinson (EP) puede cambiar la forma en que una persona camina. Síntomas motores como la tensión muscular, la rigidez y la lentitud de movimiento hacen que sea más difícil dar pasos normales. De hecho, los pasos cortos y arrastrados son un signo común de la EP, al igual que el bloqueo, la sensación de que los pies están pegados al suelo, en las personas con Parkinson de etapa media a avanzada.
Por sí solos, estos cambios son lo suficientemente inquietantes. Pero agregue el hecho de que el Parkinson afecta el equilibrio y también se vuelven peligrosos, poniendo a las personas con la EP en riesgo de caerse. La buena noticia es que, con el ejercicio y la fisioterapia, las personas con la EP pueden mejorar su equilibrio. ¿Qué puede hacer para minimizar el bloqueo y evitar caídas? Siga leyendo para averiguarlo.
El siguiente artículo se basa en las últimas investigaciones y en una de las Charlas con Expertos en línea - Expert Briefings sobre el bloqueo, el equilibrio y las caídas relacionadas con el Parkinson, presentada por Fay B. Horak, PhD, PT, Profesora de Neurología en Oregon Health & Science University, un Centro de Excelencia de la Parkinson's Foundation.
Bloqueo de la marcha
El bloqueo ocurre cuando sus pies dejan de moverse hacia adelante mientras camina, a pesar de que intenta seguir avanzando. Puede ser breve y suceder de manera errática. Muchas personas experimentan el bloqueo cuando se acercan a un espacio estrecho, como la puerta de un ascensor. Por lo general, las piernas no dejan de moverse, sino que tiemblan o las rodillas se mueven. Esto sucede porque durante el bloqueo, la persona cambia rápidamente su peso de un pie al otro para dar un paso.
Problemas para girar
Para las personas que experimentan el bloqueo, girar en su lugar es difícil. De hecho, es más probable que desencadene el bloqueo que caminar en línea recta. Girar requiere ajustes rápidos para equilibrar y mover la cabeza, la parte superior del cuerpo y la parte inferior del cuerpo en secuencia. Si tiene rigidez, esto es especialmente difícil de hacer.
"En mi laboratorio, hemos utilizado sensores portátiles para medir el bloqueo y los giros en personas con Parkinson", dijo la Dra. Horak. "En un estudio, pusimos una cámara en el cinturón de cada participante y la apuntamos a sus pies, para poder registrar y contar con qué frecuencia giraban durante el día. Nos sorprendió ver que la gente gira más de 100 veces por hora o hasta 1,000 veces al día. De hecho, todos giramos más que lo que caminamos en línea recta".
La Dra. Horak y su equipo descubrieron que las personas con la EP giran significativamente más lento que las personas sin la EP y toman hasta cuatro o cinco pasos para hacer un giro. Además, las personas con Parkinson más avanzado evitaban hacer giros. Cuando lo hacían, los hacían más lentamente.
En última instancia, el equipo de la Dra. Horak descubrió que es posible predecir el riesgo de una persona de caerse en función de la forma en que hacían los giros. Las personas que hacían giros más lentos y daban más pasos tenían más probabilidades de caerse. El bloqueo, los giros, los pasos acortados y las caídas, todos están relacionados con el equilibrio.
El equilibrio y el cerebro
Los problemas con el equilibrio y la marcha están relacionados con los cambios cerebrales que tienen lugar con la EP. Para las personas que no tienen EP, el equilibrio es automático, un reflejo. Pero el Parkinson afecta a los ganglios basales (una parte del cerebro esencial para el equilibrio). Para compensar, el cerebro asigna otra área del cerebro, un área utilizada para pensar, para hacerse cargo. La parte pensante del cerebro, principalmente la corteza frontal, no puede controlar el equilibrio automáticamente. El resultado: para muchas personas con la EP, el equilibrio se vuelve menos automático.
Esto significa que cuando las personas experimentan bloqueos y caen, no pueden ajustar su equilibrio automáticamente. Dar pasos pequeños para tratar de recuperar el equilibrio puede empeorar las cosas, ya que implica cambios de peso con cada paso. Los cambios cerebrales de la EP inhiben su capacidad de dar un paso grande para recuperar el equilibrio y evitar una caída. Para algunos, el medicamento levodopa (Sinemet) puede ayudar a prevenir el bloqueo, pero no mejora el equilibrio.
Una persona cuyo equilibrio es menos automático debe prestar más atención al caminar. Para todos, caminar se ralentiza cuando estamos hablando, y el pensamiento se ralentiza cuando estamos caminando. Esto se llama el "costo de doble tarea" y es más alto en las personas con la EP. Eso nos dice que las personas con la EP están usando más atención y más control cognitivo para el equilibrio y la marcha.
La Dra. Horak ha utilizado técnicas de imagenología cerebral en su laboratorio para mostrar cómo las señales de equilibrio se reconectan en los cerebros de las personas con Parkinson, en comparación con los estudios de personas sin Parkinson. La situación ideal es que una persona con la EP camine sin distracciones. Además, las personas con la EP pueden encontrar que el uso de una andadera puede requerir atención adicional. A la fecha, no se ha demostrado que la estimulación cerebral profunda (ECP, o DBS por sus siglas en inglés) ayude al bloqueo.
La ruta hacia una mejor marcha
La buena noticia para las personas con la EP es que con el ejercicio y la fisioterapia es posible sobrellevar mejor el bloqueo, girar y caminar con más normalidad y mejorar el equilibrio. A través de la práctica y las sesiones, un fisioterapeuta puede ayudar a las personas con la EP a evitar tropezar ayudándoles a aprender a dar pasos más grandes. Además, unirse a una clase de ejercicios adaptada a las personas con Parkinson puede ayudar. Si toma levodopa, asegúrese de hacer ejercicio mientras está funcionando: el medicamento ayuda a su cuerpo a aprender y recordar las habilidades motoras.
Trucos que pueden ayudar a superar el bloqueo:
- Camine a un ritmo regular para ayudar a prevenir la congelación. Pruebe con un metrónomo.
- Tome pasos grandes y voluntarios como marchando.
- Pase por encima de una línea imaginaria o puntero láser.
- Trabaje con un terapeuta para encontrar la solución que mejor le funcione.
Las personas responden de manera diferente a las señales auditivas, visuales o sensoriales. La Dra. Horak y su equipo están probando un dispositivo que proporciona retroalimentación sensorial (vibración en el pie) para estimular el paso automático.
Otra consideración para las personas que tienen bloqueos es la ansiedad, un síntoma común de la EP. Las personas que tienen ansiedad experimentan bloqueos con más frecuencia. Es un círculo vicioso: sentir ansiedad por el bloqueo puede desencadenarlo. El tratamiento de la ansiedad puede ayudar al bloqueo.
Para prevenir caídas, haga ejercicio
El ejercicio es la única intervención que reduce significativamente el riesgo de caídas de una persona, entre las personas mayores sin la EP, así como en las personas con Parkinson. La investigación está comenzando a mostrar cómo el ejercicio cambia el cerebro para mejor y puede ayudar a las personas con Parkinson a recuperar parte de su reflejo de equilibrio automático.
En un estudio, la Dra. Horak y su equipo pidieron a los participantes con Parkinson que se pararan en una caminadora que se movía rápidamente, hasta que comenzaran a caminar. Los participantes inicialmente dieron pasos demasiado pequeños, pero tras una hora de práctica, mejoraron, dando pasos más grandes para mantener el equilibrio mientras caminaban.
Muchos tipos de ejercicio pueden mejorar el equilibrio de una persona. Considere la posibilidad de intentar:
- Tai Chi: una meditación en movimiento donde los movimientos implican mover el centro de masa del cuerpo hacia adelante y hacia atrás sobre los pies. Los estudios encontraron menos caídas entre las personas con Parkinson que practicaban Tai Chi tres veces a la semana.
- Bailar: para bailar tango, la persona tiene que caminar hacia atrás y hacia los lados, dar pasos grandes y seguir y llevar; buenas maneras para que las personas con la EP practiquen el control del equilibrio.
- Boxeo: los movimientos rápidos del brazo proporcionan un buen entrenamiento de equilibrio.
- Entrenamiento de agilidad: completar diferentes tareas en una serie de estaciones puede mejorar el equilibrio.
¿Cuál es el mejor ejercicio? El que realmente hace. Elija un ejercicio que le haga sudar y hágalo tres veces a la semana. A medida que mejore, hágalo más desafiante. Según el Proyecto de Resultados del Parkinson (Parkinson's Outcomes Project) de la Parkinson’s Foundation, aumentar la actividad física a al menos 2.5 horas a la semana puede retrasar la disminución de la calidad de vida.
Consejo: Las personas con la EP pueden tener otros problemas médicos que afectan su capacidad para hacer ejercicio, como artritis o neuropatía. Trabaje con un fisioterapeuta para encontrar un ejercicio que se adapte a sus necesidades.
Conclusión
Los cambios en el cerebro que tienen lugar con la EP afectan el equilibrio de la persona. Esto, combinado con la dificultad para caminar debido a la rigidez, el bloqueo o los pasos acortados, pone a las personas con Parkinson en riesgo de caerse. Ningún medicamento es efectivo para estos problemas. Sólo el ejercicio ha resultado ser útil. Encuentre maneras de hacer ejercicio que disfrute, obtenga ayuda si la necesita y camine con más confianza.
Llame a la Línea de Ayuda gratuita de la Parkinson's Foundation al 1-800-4PD-INFO (473-4636), opción 3 para español, para encontrar una clase de ejercicios adaptada al Parkinson o un fisioterapeuta en su área.