Salud sexual

El sexo es una parte natural de la experiencia humana. Las personas que viven con la enfermedad de Parkinson (EP) pueden tener preocupaciones acerca del impacto de la enfermedad en su capacidad para tener y disfrutar del sexo. Entender los desafíos sexuales de la EP específicos para hombres y mujeres es el primer paso para encontrar las terapias y los tratamientos adecuados para superarlos.

¿Cómo afecta el Parkinson la salud sexual?

La disfunción sexual en el Parkinson es común, afectando a los hombres con más frecuencia que a las mujeres. Puede surgir como un síntoma primario de la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, el impacto de la disfunción sexual a menudo es poco apreciado, ya que las personas que viven con Parkinson, sus parejas y proveedores de atención médica pueden no sentirse cómodos con una discusión franca acerca de sexo.

• Muchos factores contribuyen a una buena salud sexual. El envejecimiento, los impactos físicos del Parkinson y otras condiciones médicas pueden socavar el interés sexual y el desempeño.
• La inmovilidad física en la cama, los trastornos del sueño, la depresión y los cambios en el pensamiento también pueden afectar el deseo sexual en hombres y mujeres.
• La EP misma puede causar disfunción sexual debido a la pérdida de dopamina, la principal sustancia química cerebral detrás de los sentimientos de recompensa y placer.
• Varios medicamentos, incluyendo antihistamínicos, antidepresivos, benzodiacepinas, medicamentos para la presión arterial alta y el consumo excesivo de alcohol o tabaco, también pueden contribuir a la disfunción sexual.
• La mayoría de los medicamentos para la enfermedad de Parkinson no están asociados con impotencia o pérdida de la libido, con la excepción de los anticolinérgicos.

Sin embargo, los agonistas de la dopamina para la EP están relacionados con trastornos de control de impulsos como:

• Juegos de azar incontrolados
• Compras incontroladas
• Comer sin control
• Tendencias obsesivo-compulsivas, como limpiar y organizar
• Hipersexualidad

Las personas que viven con la EP que están tomando agonistas de la dopamina y han desarrollado hipersexualidad deben tratarlo con su neurólogo. Por lo general, la disminución de la dosis o la interrupción completa de los agonistas de la dopamina resuelve problemas de control de impulsos. Sin embargo, recuerde acudir a su neurólogo primero antes de reducir la dosis por sí mismo. Una reducción brusca de los agonistas de dopamina puede llevar a síntomas de abstinencia.

Impacto de los problemas sexuales en el Parkinson

Es importante recordar que el funcionamiento sexual es sólo una de las dimensiones de la sexualidad y la intimidad. La sexualidad y la intimidad pueden ser un tiempo de relajación suave para las personas, cuando compartir y tocar pueden mejorar su sensación de bienestar.

Mientras que algunas parejas aceptan fácilmente las limitaciones o el cese de la actividad sexual debido a enfermedades crónicas, para otras, la alteración del funcionamiento sexual puede causar una crisis emocional significativa. Los desafíos sexuales en la EP pueden incluir:

• Sentimientos de frustración e insuficiencia sexual en las relaciones íntimas o una pérdida más generalizada de la autoestima.
• La depresión puede ser un factor crítico que contribuye a la insatisfacción sexual. Del mismo modo, las personas sexualmente insatisfechas se encuentran generalmente más deprimidas que las personas sexualmente satisfechas, especialmente los hombres.

Tratar la disfunción sexual

Hay muchas maneras de abordar la disfunción sexual relacionada con el Parkinson.

Terapia sexual, terapia de parejas y consejos de terapia conductual:

• Aumente la comunicación sexual abierta entre parejas sexuales.
• Planifique el entorno de la actividad sexual (incluyendo la hora, la ubicación, la posición y los roles).
• Practique posiciones cómodas.
• Adapte los nuevos roles sexuales de acuerdo con las habilidades de la pareja.
• Encuentre nuevas soluciones para las limitaciones físicas (como el tacto, la excitación y el orgasmo).
• Realizar tareas eróticas.
• Practique el enfoque en los sentidos: un proceso de reaprendizaje de las sensaciones corporales.
• Practique aumentar la intimidad y satisfacción a través de la estimulación sexual sin el coito, luego comience a incluirlo de nuevo; esto se conoce como coito-no penetración (intercourse-outercourse).
• Trabaje con el personal médico para reducir los efectos de los medicamentos sobre la función sexual.

Página revisada por el Dr. Kevin Duque, investigador clínico en Neurología, División de Trastornos del Movimiento, en la University of Cincinnati.