una pareja sentada en el sofá

Las personas con Parkinson (EP) pueden notar cambios o dificultad para masticar, comer, hablar o tragar. Estos cambios pueden ocurrir en cualquier momento, pero tienden a aumentar a medida que avanza la EP. Así como la EP afecta el movimiento en otras partes del cuerpo, también afecta los músculos de la cara, la boca y la garganta que se utilizan para hablar y tragar.

Más allá de producir los sonidos del habla, los síntomas de la EP como un rostro congelado o enmascaramiento pueden dificultarle comunicar las emociones que van junto con lo que está diciendo. Otros pueden malinterpretar esto como una falta de interés en la conversación, distanciamiento o, incluso, como depresión o cólera. Además, algunas personas con la EP luchan por encontrar las palabras, otras pueden simplemente hablar despacio por la ralentización de sus movimientos. Y en otros casos, cuando están tomando su medicación, la  EP hace que las personas aceleren tanto su habla que puede sonar como tartamudeo. Todos estos síntomas tienden a empeorar cuando la persona con Parkinson está fatigada.

Disfagia y aspiración

A menudo, los cambios en el habla y la deglución ocurren juntos en las personas con la EP.

El término para la dificultad para tragar es disfagia. La disfagia a menudo comienza levemente con tos a la hora de comer, pero puede progresar con el tiempo hasta convertirse en un síntoma crítico del Parkinson. Es importante destacar que la disfagia puede conducir a desnutrición, deshidratación y aspiración (cuando los alimentos o líquidos bajan por la tráquea hacia los pulmones; “bajan por el conducto equivocado”).

La aspiración, que puede ser silenciosa (la persona no tose ni se ahoga), puede llevar a la neumonía por aspiración, la principal causa de muerte en la EP. Por lo tanto, es importante asegurar que las personas con Parkinson puedan comer de manera segura.

Responda a las siguientes preguntas para ayudarle a averiguar si tiene problemas con el habla, la voz o la deglución. Si muchas de estas declaraciones son ciertas para usted, visite a un patólogo del habla y el lenguaje (PHL), especialmente si estos cambios comienzan a limitar su calidad de vida.

¿Cómo sé si tengo un problema del habla o de la voz?

  • Mi voz dificulta que la gente me oiga.
  • La gente tiene dificultades para entenderme en un lugar ruidoso. 
  • Mis problemas de voz limitan mi vida personal y social. 
  • Me siento excluido de las conversaciones debido a mi voz.
  • No puedo participar en llamadas telefónicas debido a mi voz.
  • Mi problema de voz me hace perder ingresos.
  • Tengo que esforzarme para proyectar mi voz.
  • La claridad de mi voz es impredecible.
  • Mi problema de voz me molesta.
  • Mi voz me hace sentir discapacitado.
  • La gente pregunta: “¿Qué pasa con tu voz?”

¿Cómo se tratan los problemas del habla?

Hay muchas opciones para ayudar a mejorar su habla. Un patólogo del habla y el lenguaje (PHL) puede ayudarle a elegir los enfoques adecuados para usted. Los PHL son profesionales de la salud capacitados que se especializan en evaluar y tratar a personas con problemas del habla, la deglución, la voz y el lenguaje.

Pida a su médico que le remita a un patólogo del habla y el lenguaje. También es importante ponerse en contacto con su compañía de seguros médicos para averiguar qué terapia y procedimientos son reembolsables y para obtener un listado de los PHL que cubre su plan.

Finalmente, visite a un PHL que tenga experiencia tratando a personas con la EP. Llame a la Línea de Ayuda de la Parkinson’s Foundation al 1-800-4PD-INFO (1-800-473-4636), opción 3 para español, para obtener ayuda para localizar a un patólogo del habla y el lenguaje en su área. El Tratamiento de Voz Lee Silverman, descrito a continuación, es una terapia de voz específica para la EP, pero no es la única manera de obtener terapia del habla de alta calidad para la EP.

Consejos para enfrentar las dificultades del habla

  • Ejercite su voz leyendo en voz alta o cantando todos los días.
  • Beba suficiente agua, evite gritar y descanse su voz cuando la sienta cansada.
  • Entrene su voz como un actor: siéntese y párese con una buena postura, haga ejercicios de articulación, respiración y proyección de la voz.
  • Obtenga retroalimentación de amigos y familiares acerca de cómo otros perciben su habla: desarrolle una señal o palabra clave que pueda utilizar en público para enfocarse en hablar con claridad.
  • Si tiene voz suave, utilice herramientas como un amplificador de voz (micrófono), colocado en la camisa y en el teléfono (este dispositivo puede ayudar con la voz suave, pero no para el murmullo/tartamudeo). 
  • Haga contacto visual con la persona con la que está hablando.
  • Reduzca el ruido de fondo.
  • Socialice en grupos pequeños o uno a uno.
  • Si experimenta enmascaramiento facial, utilice palabras de “sentimiento” para comunicar sus emociones (“me siento feliz, triste, emocionado” o “estoy de acuerdo”). Practique usando gestos físicos para ayudar a transmitir emociones.
  • Determine a qué horas del día está mejor su habla. Planifique los compromisos sociales alrededor de esas horas.

Consejos para hablar más fuerte

Incluso en las primeras etapas del Parkinson, muchos informan que su voz es demasiado suave, lo que hace que otros les pidan que repitan lo que dijeron. Otras personas con la EP pueden tener una calidad de voz áspera o ronca. Pruebe estas estrategias:

  • Respire antes de empezar a hablar.
  • Haga pausas entre oraciones para inhalar nuevamente.
  • Exprese sus ideas en oraciones cortas y concisas.
  • Hable más alto de lo que considera necesario.
  • No grite por encima del ruido cuando hable.
  • Descanse su voz cuando la sienta cansada.
  • Reduzca el carraspear o toser. Trate de tragar con fuerza.
  • Reduzca o elimine la acidez estomacal.
  • Si el aire es seco en su casa, utilice un humidificador.

Problemas de deglución

¿Cómo sé si tengo un problema de deglución?

  • Recientemente he perdido peso sin intentarlo.
  • Tiendo a evitar beber líquidos.
  • Tengo la sensación de que la comida está atascada en mi garganta.
  • Tiendo a babear.
  • Observo que la comida se acumula alrededor de mis encías.
  • Tiendo a toser o ahogarme antes, durante o después de comer o beber.
  • A menudo tengo acidez estomacal o dolor de garganta.
  • Tengo problemas para mantener alimentos o líquidos en mi boca. 

¿Cómo se tratan los problemas de deglución?

El primer paso para atender los problemas de deglución es hablar con un neurólogo acerca de que un PHL le realice una evaluación. Este profesional tomará la historia clínica y entrevistará a la persona con la EP sobre comer y tragar.

Esto suele ir seguido de una prueba de video de rayos X o deglución de bario modificada para que el especialista médico pueda observar el proceso de deglución mientras la persona toma sorbos de líquido y come alimentos y estas sustancias fluyen desde la boca, por la garganta y el esófago, hasta el estómago. En algunos casos, es necesario que un gastroenterólogo realice una endoscopía si se sospecha que existe una causa de disfagia distinta de la EP (como estrechamiento o estenosis esofágica). Con estas pruebas, es posible ver dónde está ocurriendo el problema y recomendar terapias.

Siga las recomendaciones del especialista en deglución, que pueden incluir lo siguiente:

Además, las personas con la EP tienden a tragar menos a menudo y menos completamente. Como resultado, un 70% tiene demasiada saliva, que a menudo se acumula en la boca. Chupar caramelos duros, preferiblemente sin azúcar, puede estimular la deglución y proporcionar alivio temporal del babeo. Un tratamiento eficaz, disponible con receta médica, es la administración de gotas de atropina para los ojos por vía oral. 

El ajuste de los medicamentos para el Parkinson también puede facilitar la deglución. Además, las condiciones médicas no relacionadas con la EP pueden llevar a dificultades de deglución. 

Página revisada por el Dr. Kevin Duque, investigador clínico en Neurología, División de Trastornos del Movimiento, en la University of Cincinnati.

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