Close-up of man wearing glasses staring into distance with serious expression

Cuando pensamos en los músculos que pueden verse afectados por la rigidez y la lentitud, los músculos que se ejercitan en el gimnasio son probablemente los primeros que vienen a la mente: piernas, brazos, tal vez incluso abdomen. Sin embargo, la misma rigidez y lentitud que puede afectar su andar y otras actividades puede tener impactos más sutiles también. Una de ellas es la reducción de expresión facial, también llamada hipomimia facial.

Cuando los músculos de la cara están rígidos o tardan más en moverse, puede ser difícil sonreír, levantar las cejas o expresar sus sentimientos usando su cara, que es una parte importante de cómo nos comunicamos.

Combinado con los cambios en el habla por el Parkinson, como el bajo volumen de la voz, la hipomimia facial puede hacer difícil que otros interpreten su estado de ánimo y sus intenciones. La gente puede suponer que está molesto o deprimido todo el tiempo, lo que puede ser frustrante si constantemente le preguntan: “¿Qué pasa?” cuando en realidad se siente bien. No obstante, si está experimentando síntomas de depresión, hable con su médico. Los cambios de humor son comunes en el Parkinson y tratables.

Manejo de la hipomimia facial

Los medicamentos para tratar los síntomas motores deberían ayudar con la hipomimia facial, ya que alivian la lentitud y la rigidez.

También es una buena idea pedirle a su médico que le remita a un patólogo del habla y el lenguaje. Este profesional puede enseñarle ejercicios faciales que pueden ayudar con la hipomimia, así como con otros problemas que pueda estar teniendo, incluyendo problemas del habla y de la deglución.

Por último, si está teniendo cada vez más casos en que la gente interpreta su humor erróneamente o no le cree cuando les dice cómo se siente, intente explicar la dificultad que enfrenta con el control muscular y la expresión. Esto puede ayudar a las personas a entender mejor cómo se siente y aumentar la conciencia sobre el Parkinson.

Página revisada por el Dr. Kevin Duque, investigador clínico en Neurología, División de Trastornos del Movimiento, en la University of Cincinnati.

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